Existencia de disputa por el Esequibo negaría extensión marítima a Guyana
Un documento académico realizado por un abogado venezolano en el marco de un convenio entre la Organización de las Naciones Unidas y la Nippon Foundation, recomienda a la Comisión de Límites de Plataforma Continental de la ONU (CLCS por sus siglas en inglés) no evaluar la solicitud de Guyana de extender la plataforma continental.
El documento culminado en 2010 de 219 páginas fue realizado por Raúl Curiel, y puede hallarse en el portal electrónico de la ONU.
En el texto, el experto destaca que Guyana en su solicitud de extensión de la plataforma continental, no informó a la CLCS de la controversia territorial con Venezuela.
Señala que de acuerdo a las reglas de procedimientos de la Comisión, el estado que haga la solicitud, debe informar si existen disputas marítimas o terrestres sin resolver.
«Esto es importante a la luz del principio que ‘la tierra domina al mar» y por consiguiente «es relevante el proceso en marcha de Buenos Oficios de la Secretaría General de la ONU para buscar resolver la controversia sobre la frontera» entre Venezuela y Guyana, indica.
Razones para no evaluar
La aseveración guyanesa según la cual «no hay disputas en la zona», no se trata de un descuido de la diplomacia de ese país, apunta a que la existencia de controversias elimina su posibilidad de extender la plataforma continental.
Al respecto, el documento académico explica que de acuerdo al numeral 5 del anexo I del modus operandi de la Comisión, «en caso donde existen disputas en tierra o mar, la CLCS no debe considerar y calificar la solicitud realizada por cualquiera de los estados en disputa», como es el caso en referencia.
De acuerdo a fuentes de la Cancillería venezolana, esto explica el fundamento que orienta la estrategia de la Casa Amarilla, que a través de un comunicado informó el martes que envió a la secretaría general de la ONU un documento en el que objetó que la «información» presentada por Guyana «sea considerada o calificada por dicha Comisión».
De aquí la importancia del comunicado conjunto firmado el 30 de septiembre de 2011 en Trinidad por los cancilleres de Venezuela y Guyana, Nicolás Maduro y Carolyn Rodrigues-Birkett, en el que señalaron «que la controversia en relación al tratado arbitral de 1899 sobre la frontera entre Guyana y Venezuela aún existe».
Pero lo que se juegan los dos países en la primera sesión de la CLCS del año, que comienza la semana entrante, es de dimensiones importantes.
Guyana históricamente ha asegurado que no existe una disputa sobre el territorio Esequibo, pues señala que el referido tratado arbitral aclaró la frontera terrestre entre los dos países. Indica que lo sí existe es una controversia sobre la legalidad del referido tratado, referido al señalamiento venezolano que el mismo es «nulo e írrito».
Para Venezuela se trata de preservar su fachada atlántica, conformada por la proyección del estado Delta Amacuro y del Territorio Esequibo, pero además es una oportunidad de oro de reactivar con fuerza su reclamo.
Si la CLCS -un organismo de la ONU- confirma que efectivamente hay una disputa territorial y no una controversia sobre un documento, podría constituir un hito importante para la pretensión venezolana.
Según el documento de Curiel, la Comisión debe proceder con cautela a analizar «la compleja situación» y la existencia de «inconsistencias y líneas usadas por diferente estados sobre la misma área», que provoca una superposición en las solicitudes de extensión de plataforma continental de Guyana, Trinidad y Tobago, Barbados y los derechos que puede tener Venezuela en esta zona.